
Inversión en nuevas tecnologías para priorizar el Autoconsumo Energético Renovable
En un mundo de rentabilidad a ultranza, gastar en investigación es ineficiente, se desea invertir sin riesgos, es decir solo invertir en tecnologías conocidas y plenamente probadas, pero ante proyectos que necesitan de inversión en investigación para lograr desarrollarlos en un futuro cercano, se les cierra las puertas.
Esto se observa mucho en el campo de la industria de la generación de energía eléctrica. Se apuesta por lo conocido, que normalmente lleva a un deterioro del medioambiente, como es el caso de la generación Termoeléctrica, es decir la que quema combustible fósil para generar energía. Esto se demuestra con los resultados a nivel mundial que nos dicen que más del 70% de la generación de electricidad mundial es por centrales que queman algún combustible fósil, sea carbón, petróleo, y/o gas natural, en un contexto de comercialización centralizada, monopólica y contaminante, a través de sistemas interconectados públicos, viejo paradigma que nació hace más de cien años conjuntamente con el descubrimiento de la electricidad.
Las empresas y el mercado del petróleo son los grandes artífices de estos sistemas centralizados, y son tan poderosos, que le quitan posibilidad al desarrollo de nuevas tecnologías limpias, ya sean conocidas o por conocer. Se mueve mucho dinero alrededor del petróleo y sus derivados, y los intereses que se manejan son muy grandes y generalmente poco se interesan por el bien común, solo se mueven por el dinero a ganar, así sea a costa del bienestar planetario. A esto le sumamos una sociedad consumista, que solo se preocupa por tener más y gastar más, inclusive más de lo que se necesita. Esta filosofía del gasto sin control y la producción sin responsabilidad, lleva a ahondar las desigualdades entre los que tienen y los que no tienen, y por supuesto lleva al deterioro del planeta, que ya se hace sentir con el cambio climático que venimos experimentando.
¿Ante todo lo planteado que nos queda? Cambiar, comenzar por uno mismo, para luego hacerlo extensivo a todos los cercanos de uno. Iniciar una corriente que se preocupe por su medioambiente y por el bien común; no todo es gastar a ultranza y depredar. Hay que preocuparse por el bien común y por el medioambiente, hacer cultura de ahorro y de cuidado de nuestros recursos, comenzando por la energía que usamos, investiguemos en nuevas tecnologías renovables y/o mejoremos las existentes. Ahorremos energía independientemente de si nos es muy rentable o no, hacerlo por el solo hecho de cuidar nuestro planeta y velar por el bien común. Difundamos esta nueva filosofía del bien común, por sobre la rentabilidad y el gasto desmedido. Preocupémonos también por nuestras futuras generaciones, ¿qué le vamos a dejar como planeta? ¿qué les vamos a enseñar de filosofía? seguiremos difundiendo el consumismo alocado y la depredación de nuestro planeta, o preferiremos priorizar por el bien común y el cuidado del medioambiente, mediante el buen uso de nuestros recursos, prefiriendo invertir en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías limpias, ahondando en el ahorro por sobre el consumismo. De todos nosotros depende el CAMBIO, seamos parte de la solución y no del problema.
